Comprar RELACIONES

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miércoles, 31 de mayo de 2017

Cansada

Yo, Fernando, estoy cansada.
De que me maten por ser mujer.
De que me maltraten por ser mujer.
De que me quemen por ser mujer.
De que me paguen menos por ser mujer

De todo eso estoy cansada yo, Fernando.

De que me consideren menos por ser mujer.
De que me digan que estoy mal porque me vino.
De que me digan que soy intratable por mal cogida.
De que me digan que soy histérica.

Yo, Fernando, estoy cansada de todo eso.

De que me incluyan en todos cuando las todas somos más.
De que me pongan @ en lugar de a.
De que me digan que soy un mamarracho por protestar.

De todo eso yo, Fernando, estoy cansada.







Fernando - Mayo, 2017

martes, 30 de mayo de 2017

Mi soledad y yo


¡Hola!
¿Ya les conté de mi soledad?
Ella me acompaña a todas partes.
A veces, cuando salgo a caminar y hace frío, me dice que no, que no quiere, que esperemos un rato.
Pero yo le insisto, le digo que no sea vaga, qué que le cuesta.
Ella me dice que no, que está despeinada, que no tiene ganas de ver a nadie.
Y yo que qué macana, me encantaría que me acompañara.
Y ella que tal vez después, más tarde, quizás mañana.
Le ruego, le imploro de rodillas, le pido por lo que más quiera
que me acompañe a caminar aunque más no sea un rato
si total ¿quién nos va a ver?
si estamos solos
yo y mi soledad






Fernando Berton - Mayo 2017

domingo, 28 de mayo de 2017

Y nada más importa


Tierra Partida nos da la sensación de estar empezada para cuando nos sentamos en nuestras butacas: payasas que nos conducen a los gritos y con simpatía, músicos en lo que más tarde será la escena, narradores que nos dan la bienvenida. Narradores que, en breve, nos dirán de qué va la cosa: hacer una obra de teatro como si fuera un país.

Para ello, en una mezcla de circo, sainete y grotesco, diecinueve actores y de cuatro a seis músicos, nos harán un recorrido más que interesante entre los finales de la Revolución de Mayo de 1810 y la firma de la Constitución de 1853.


En la ficción que nos propone Tierra Partida, dos historiadores (¿dos Historias?) -Monterroso y García-, nos cuentan cómo un país se libera del colonialismo español, y, lograda la Libertad, lo demás no importa nada. Así, a partir de este subtitulo, van surgiendo consignas de lo más variadas, primero; de lo más contrapuestas después, para terminar en guerras civiles, matanzas, golpes de estado, exterminio (de nativos, mayormente, pero también de "ciudadanos"), desapariciones o, como bien dicen unos seres oscuros y aterrorizantes que aparecen cada tanto, "desvanecimientos"

Cada escena es presentada por los historiadores, que dejan paso al resto del elenco que en una sucesión que no da respiro entretiene a la vez que invoca a la reflexión. Podemos decir que el hilo argumental se parece a un dialogo platónico, donde uno de los narradores (Monterroso) intenta ajustarse a los hechos y buscar explicaciones que lleven a la verdad -con cierto parecido a la Mayéutica socrática-, mientras García, suerte de Gorgias, intenta acomodar la Historia a su conveniencia bajo la excusa de seguir instrucciones de un jefe supremo.

Hay tres momentos que destacan por su belleza:
- las lavanderas que sirven de prologo al gobierno de Rosas (cantan una especie de blues rioplatense que decoran con sonido de agua de las ropas que retuercen en sus respectivas palanganas)

- el rap de los unitarios y federales (también del periodo rosista), que pone en juego todas las destrezas de estos clauns

- el fusilamiento de Dorrego, con una edición en vivo que eriza la piel: varios actores se ponen en la escena totalmente oscura y encienden velas, mientras la actriz que está al frente lee la nota que le deja a su esposa, y que bien vale la pena repetir aquí:

 Mi querida Angelita:

En este momento me intiman que dentro de una hora debo morir; ignoro por qué; más la Providencia divina, en la cual confío en este momento crítico, así lo ha querido. Perdono a todos mis enemigos y suplico a mis amigos que no den paso alguno en desagravio de lo recibido por mí.

Mi vida: Educa a esas amables criaturas: sé feliz, ya que no lo has podido ser en compañía del desgraciado


Como se ha dicho, Tierra Partida transcurre con velocidad, gracia, muchas risas -no exentas de momentos tristes como el citado fusilamiento de Dorrego- y nos deposita en el final sin que hayamos notado las casi dos horas que dura. Y así como al ingreso nos dio la sensación de que ya estaba empezada, este final nos parece que continuará, incluso en el siglo xxi. 


Fernando Berton - Mayo 2017

Tierra Partida se representa los domingos a las 20:00 en el teatro La Carpintería, Jean Jaures 858 - CABA - Teléfono: 011 4961-5092

lunes, 22 de mayo de 2017

No molestar




Hoy iba a tomar el tren de 20:21, pero vi que estaba muy lleno y que no tenía tanto apuro de modo que me decidí por el de 20:25. Caminé hasta el tercer vagón, de modo que al bajar me deje cerca de los molinetes, porque si hay algo que me gusta es no perder tiempo. Que dicen que es dinero, ¿nocierto?

Subí, entonces, al tren de 20:25 en plataforma 6. Me senté y empecé a leer Caminantes, de Edgardo Scott. Pero a poco de empezar la lectura se inició una discusión entre dos pasajeros. Resulta que uno de ellos estaba algo borracho y le dio charla al que tenía sentado al lado. Que, molesto por la situación, se levantó y se fue. Pero además de levantarse e irse, se quejó al guarda, que se quejó a los de prevención, que se quejaron a la Policía Federal, que se quejaron a la Gendarmería Nacional.

Cuestión que el tren de 20:25 no salía, porque un muchacho se molestó con un borrachín, que provocó la aparición de tres fuerzas policiales, que no fueron culo de hacerlo bajar.

Finalmente el tren arrancó, y el borrachín estaba enardecido porque los de prevención se le reían en la cara y el guarda lo miraba amenazante. En un par de estaciones subió el jefe de estación, más policía, más gendarmería. Por un borrachín, entiéndase bien. es decir, una decena de personas armadas por un pobre tipo alcoholizado. Que como mayor delito dijo un par de insultos a los guardias de "Prevención" (la verdad es que no los había visto nunca antes), y que hablaba a los gritos; pero en ningún momento tuvo ninguna actitud real de agredir, salvo sus improperios verbales.

Pasado un buen rato un pasajero pidió al guarda que lo dejara tranquilo, que se fueran a otro vagón y el muchacho se calmaría, porque lo estaban provocando. A mi vez, le pedí al guarda lo mismo, que lo dejara tranquilo. A lo que me respondió que "no sabía lo que podía llegar a hacer". Que lo cuide la policía, le sugerí. Me dio vuelta la cara y abandonó el vagón. Al fin el pobre borrachín accedió a bajar y continuamos el viaje. Pero la verdad es que me quedé algo preocupado por la integridad física del muchacho.

¿Qué clase de sociedad estamos teniendo, que tenemos que denunciar a un pasajero alcoholizado? ¿Y que apenas dos o tres personas se pongan a favor del pobre borracho?

Esto ocurrió en el Ferrocarril Roca, saliendo de Constitución con destino a Burzaco. El pasajero fue sacado por la fuerza en la estación Darío y Maxi (Avellaneda), sin razón alguna porque no cometió ningún delito, salvo hablar en voz alta con alguien que no se bancó su presencia.

¿Qué clase de sociedad estamos viviendo? Entonces me acordé de la película Minority Report, con Tom Cruise, donde la policía se jacta de prevenir los crímenes porque tres freaks en una pileta adivinan quién va a cometer un crimen.

Ya es la segunda vez en este mes que tengo que apelar a esa película. Y me estoy preocupando.



Fernando Berotn
Mayo, 2017.

domingo, 21 de mayo de 2017

Descanso atendido por sus dueños

Uno puede caminar con cierta displicencia por la playa un sábado medio nublado de mayo, sin tanto viento, sin tanto frío, y creer que el clima de lluvia ha cambiado porque:
a.            Hubo un error en el pronóstico
b.            La ley de probabilidades climáticas se ha tomado un descanso
c.            Hemos cruzado un portal que separa lo profano de lo sagrado



http://www.heiwa.com.ar/




Cada uno es cada cual y anda siempre con lo puesto, dice la canción de Serrat. Nosotros elegimos creer en la opción “c”, mientras ingresamos al apart y sushi bar HEIWA, en Mar Azul, Prov. de Buenos Aires.
Con amplias sonrisas, un café delicioso y delicadezas para el desayuno nos reciben sus dueños, Jaque y Claudio, que hacen una excepción en su descanso para recibirnos y compartir una charla.
Cosas que pasan: El complejo parece consolidado, como si hubiera llegado a un momento de madurez.
Jaque: Sí, podemos decir que sí. Abrimos en 2001, con un par de dúplex en la zona azul. Era una época difícil, pero por suerte tuvimos buena respuesta de la gente.
Claudio: HEIWA quiere decir PAZ. Y eso es lo que ofrecemos, la tranquilidad de saber exactamente lo que ofrecemos, porque lo hacemos nosotros.
CQP: Antiguamente decíamos “atendido por sus dueños”.
Jaque: (Se ríe) Claro. O “única dirección”.
Claudio: Nosotros esperamos que quienes nos visitan tengan una experiencia humana. Es decir, quienes vienen a HEIWA saben que contratan con personas y no con una corporación.
CQP: Es interesante lo que decís, porque en estos tiempos todo parece ser industrial, producido en serie.
Claudio: Hay una industria del entretenimiento. “Felicidad garantizada o le devolvemos su dinero”, podríamos decir. HEIWA se distingue de eso porque la felicidad no es algo que tiene que ocurrir de manera programada. Acá vas a encontrar acomodamiento a buenos precios, atención profesional pero personalizada, comida que hacemos nosotros mismos.
Jaque: Para abrir HEIWA nos fuimos a trabajar a Japón sin hablar una palabra de japonés. Estuvimos allá tres años. Juntamos la plata, es verdad, pero también nos permitió conocer la cultura, las costumbres, la comida.
CQP: Vos contás con una ventaja grande.
Jaque: (Risas) Claro, sí. Mis padres son japoneses, pero yo nací en Argentina y hasta el viaje tocaba de oído con la cultura japonesa. Pero es verdad lo que decís, lo que una tiene de los padres es una ventaja.
Claudio: Tanto que nuestras hijas tienen nombres japoneses.






  
La tarde se va destemplando a medida que la charla se hace más brillante. Jaque y Claudio nos muestran su costado cotidiano, sus miradas como pareja, sus códigos, hasta incluso alguna disidencia, pero que el proyecto común pasa por alto. A riesgo de cometer una infidencia, va una pequeña anécdota:

  


  
Como todo espacio japonés que se precie de tal, HEIWA no podía dejar de tener su pequeño puente sobre un laguito con carpas y nenúfares. Pues bien, resulta que el lago suele ser atacado por los perros de un vecino, y cuando Claudio presenta sus quejas porque los animales estropean las plantas y ponen en riesgo la vida de los peces, el vecino le dice que no puede hacer mucho, que en todo caso los mate a tiros. A los perros, claro. Claudio, entonces, supone que un boyero eléctrico puede solucionar el problema. Jaque, divertida, cree que el costo del artefacto lo va a disuadir.

Jaque: Dejálo que sueñe, cuando le digan lo que sale se va a olvidar.



Claudio prepara otro café. La tarde se va convirtiendo lentamente en noche. Subimos a nuestra habitación en el sector amarillo, desde donde se puede apreciar el mar, el bosque, la tranquilidad de un mayo sin mucho turismo. Pero sabemos que en HEIWA estamos en paz, cuidados por sus dueños.


http://www.heiwa.com.ar/



Fernando Berton
Mayo, 2017

jueves, 11 de mayo de 2017

Quiero mi choripan

choripan
10 de mayo, 2017. Plaza de Mayo. Un montón de personas en la plaza, en los alrededores, yendo y viniendo. Muchos no alcanzamos a llegar al escenario. El propio León Gieco no pudo llegar.

Fue una convocatoria rápida, urgente, visceral.

Se organizó de la nada, de un momento a otro. Y la respuesta fue una multitud que ocupó la Plaza de Mayo, las diagonales, las paralelas, las perpendiculares.

A veces me pregunto dónde vivieron todos los que quieren liberar genocidas. O mandarlos a la casa. O conmutarles la pena.

¿No entienden que "Nunca más" quiere decir "Nunca más"? Es decir, nunca, de nuevo no, esto no se puede volver a repetir.

Entonces fui ayer a la plaza. 10 de mayo de 2017. Para decir, otra vez, por si hacía falta, "Nunca más" señores jueces, "Nunca Más". (Frase del fiscal Strassera al tribunal que juzgó a las juntas militares en 1983/84, por si alguien no la recuerda).

Y fui a la plaza porque me siento parte de esta sociedad que, como ninguna otra en el mundo ha logrado detener a los genocidas.

Y no fui por ningún choripan, la verdad.

Y no es el tema, pero de paso: ¿alguien cree de verdad que una persona se va a manifestar por un choripan? Y si así lo hiciera, ¿tiene derecho a burlarse o menospreciarla? Porque pensemos un cacho: si alguien accede a hacer lo que sea por un choripoan es porque tiene hambre. HAMBRE. ¿Se entiende?

No, no se entiende, porque estos señores no saben lo que es tener hambre, no llegar a fin de mes, viajar apretado en el tren todos los putos días de tu vida.

"Nunca más, señores jueces, nunca más".

Plaza de Mayo - 10/05/2017 - No al 2x1 a los genocidas

domingo, 7 de mayo de 2017

sino


siendo las dieciocho horas, cuatro minutos de esta
noche lluviosa que transcurre
sinuosa entre las frondosas nubes
noto la ausencia violenta de tus besos
silba el viento entre las ramas y caen
notas de colores amarillentos


fernando berton
mayo, mmxvii


viernes, 5 de mayo de 2017

a veces pienso

que mi gatita vive en un mundo paralelo / that my pussy cat lives in a parallel world
que ella ve cosas que no puedo ver / that she sees things that I can't see
y que canta cosas que no puedo cantar / and that she sings things that I can't sing
sin importar cuánto trato / no matter how hard I try

a veces pienso que vivo en un incremento paralelo / i sometimes think that i live in a parallel increase
cuanto más como más crece mi barriga / the more i eat the more by belly grows
hasta que veo tus ojos en la oscuridad / until i see your eyes in the dark
y brillan como las estrellas / and they glow like stars

pero eso no pasa muy a menudo / but that doesn't happen very often
solo a veces / only sometimes




bertonfernandomayommxvii

jueves, 4 de mayo de 2017

I sometimes think

that my pussy cat lives in a parallel world
that she sees things that I can't see
and that she sings things that I can't sing
no matter how hard I try

i sometimes think that i live in a parallel increase
the more i eat the more by belly grows
until i see your eyes in the dark
and they glow like stars

but that doesn't happen very often
only sometimes



fernando 
berton
mayo mmxvii

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